Nunca lo había olvidado: los hombres no eran para mí.

el diario del viaje

el diario del viaje
• torre de papel •

long, long time ago




Nunca más. Me lo había jurado a mí misma entonces y volví a jurármelo ahora. Nunca volvería a concederle a un hombre la ocasión de hacerme daño.
Corría el peligro de que su rostro, hermoso y lívido, me distrajera. Era como intentar apartar la vista de un ángel destructor.

Hurt

Ésta noche te lloraré tanto que te irás de mi.
El despertar:

El tiempo pasa incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas imposibles, pero pasar, pasa. Incluso para mí.
—Y entonces, ¿qué es lo que me vas a enseñar hoy que no he visto todavía?
—Varias cosas. De hecho, lo que te voy a enseñar forma parte de una historia. ¿No me dijiste el otro día que a ti lo que te gustaba era leer? Pues bien, ésta es una historia de libros.
—¿De libros?
—De libros malditos, del hombre que los escribió, de un personaje que se escapó de las páginas de una novela para quemarla, de una traición y de una amistad perdida. Es una historia de amor, de odio y de los sueños que viven en la sombra del viento.

lunes, 16 de febrero de 2009

Pero el tiempo pasa, lo dejemos o no.

Dicen que el tiempo es la fuerza más poderosa. Más que el amor, dicen. El amor muere, el tiempo no, el tiempo perdura y transforma todo, nos cambia, se quiera o no. Uno cree que maneja el tiempo, hablamos de ganar o perder tiempo, de dejar pasar el tiempo. Pero el tiempo pasa, lo dejemos o no. Dicen que uno cree que el tiempo lo arregla todo: con el tiempo te va a amar, con el tiempo la vas a olvidar, pero también dicen que el tiempo no arregla nada, que el tiempo arrasa, y lo que el tiempo rompe no se arregla, dicen. Dicen que el tiempo es la fuerza más poderosa, los arqueólogos lucharon contra eso, trataron de rescatar objetos, historias, y trataron de salvarlas del paso del tiempo. Pero el tiempo avanza, avanza y avanza. El tiempo no es malo ni bueno, algunas cosas las destruye, a otras las vuelve mejores, como a un buen vino, y están las que resisten al paso del tiempo, como esta silla de roble, el tiempo pasa y el roble sigue intacto, como los sentimientos nobles, que pase lo que pase no mueren con el tiempo. Porque el tiempo pasa y se olvida de mí, de vos, pero aún no puede olvidarse del amor.

martes, 3 de febrero de 2009

Adelante.

Pero, de repente, un día te das cuenta. Te das cuenta de que ya no pensás tanto en el otro. Te das cuenta que ya no lo buscás más. Te das cuenta de que ya no está y que no esperás que vuelva, porque, de alguna forma, ya está. Y ahí, sólo te queda recordar las cosas buenas, olvidar las cosas malas, y seguir adelante. Porque siempre hay un adelante por el que seguir. El tema no está en olvidar, está en aceptar la ausencia del otro, el vacío que deja alguien cuando se va, y aceptar que ya no puede seguir ocupando el lugar que antes sí. Y esperar que, algún día, otra persona vuelva a llenarnos, probablemente de otra forma, desde otro lugar, distinto.

Te extrañé blog! hace cuánto que no te actualizaba

eclipse

Acostumbraba a pensar en ti de ese modo, ya sabes, como el sol, mi propio sol. Tu luz compensaba sobradamente mis sombras.

Él suspiró.

Soy capaz de manejar las sombras dijo. Pero no de luchar contra un eclipse agregó mientras luchaba para que no le fallara la voz.


midnight sun


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tanto cielo para mi

tanto cielo para mi

look at me

look at me
No tenía el pensamiento a salvo del dolor, sino atrapado por éste, ya que formaba parte de la negrura de la inconsciencia.
Me sentí desconectada del cuerpo, como si estuviera confinada en un rincón de mi propia mente, pero sin estar ya al frente de los mandos, y no podía hacer nada al respecto, ni pensar. El tormento era demasiado fuerte para eso. No había escapatoria posible.

De todas maneras, busqué a duras penas por todo mi cerebro, un desesperado intento de encontrar una reserva de fuerza en alguna parte

una noche sin luna

Lo cierto es que mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y movimiento... Y entonces cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantes y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos se habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido le confesé.